
Los estudios de investigación continúan desmintiendo los mitos y los malentendidos sobre el TDAH. A continuación, se presentan algunos de los conceptos erróneos y las investigaciones recientes disponibles para abordarlos:
Mito n.° 1: el TDAH no es un trastorno real
Los casos de TDAH se han descrito desde el libro de texto publicado en 1775 por Adam Weikard en alemán. Desde entonces, se han publicado más de 10.000 publicaciones clínicas y científicas sobre el TDAH (Barkley 2015). Los estudios de investigación muestran numerosas diferencias entre las personas con TDAH y las que no lo tienen (Roberts et al. 2015). El TDAH afecta a las principales actividades de la vida, como el funcionamiento social, emocional, académico y laboral. Es un trastorno de la vida y la mayoría de los niños con TDAH siguen luchando con los síntomas en la edad adulta. El TDAH también se da en familias con una probabilidad de herencia del 57 % para un niño si un padre tiene TDAH y una probabilidad del 70 % al 80 % para un gemelo si el otro gemelo tiene TDAH (Barkley 2015). Los estudios de escáneres cerebrales muestran diferencias en el desarrollo del cerebro de las personas con TDAH, como el adelgazamiento cortical en las regiones frontales, la reducción del volumen en el giro frontal inferior, la pérdida de masa ósea y la pérdida de peso. y reducción de materia gris en las cortezas parietal, temporal y occipital (Matthews et al. 2014).
Mito n° 2: El TDAH es un trastorno de la infancia
Estudios a largo plazo de niños con diagnóstico de TDAH muestran que el TDAH es un trastorno que dura toda la vida. Estudios de seguimiento recientes de niños con TDAH muestran que el TDAH persiste desde la infancia hasta la adolescencia en el 50%–80% de los casos, y hasta la edad adulta en el 35%–65% de los casos (Owens et al. 2015). Un estudio de seguimiento de 16 años de niños con diagnóstico de TDAH encontró que el 77% seguía teniendo TDAH completo o subumbral DSM-IV (Biederman et al. 2012). Un estudio de niñas de 6 a 12 años con TDAH infantil encontró que 10 años después, seguían teniendo tasas más altas de TDAH y condiciones coexistentes, incluyendo tasas más altas de intentos de suicidio y autolesiones, en comparación con las niñas sin TDAH (Hinshaw et al. 2012).
Mito n.° 3: el TDAH está sobrediagnosticado
Según la Encuesta Nacional de Salud Infantil de 2003-2011, la tasa de diagnóstico de TDAH en niños ha aumentado aproximadamente un 5% cada año. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si la enfermedad está siendo sobrediagnosticada. Pero el informe basado en la Encuesta Nacional de Diagnóstico y Tratamiento del TDAH y el Síndrome de Tourette de 2014 concluyó que los médicos están diagnosticando cuidadosamente a los niños. La gran mayoría (9 de cada 10) de los 2.976 niños diagnosticados con TDAH habían sido diagnosticados por médicos que utilizaban las mejores pautas de práctica (Visser et al. 2015). Las posibles explicaciones para el aumento de las tasas de diagnóstico incluyen una mayor conciencia sobre el TDAH entre los médicos y los padres, más exámenes de detección por parte de pediatras y otros profesionales de atención primaria, menor estigma sobre el TDAH, disponibilidad de mejores opciones de tratamiento y más casos que surgen de causas ambientales sospechosas, como la exposición prenatal a toxinas o altos niveles de plomo en sangre.
Mito n.° 4: Los niños con TDAH reciben demasiada medicación
La mayoría de las evidencias de los estudios de investigación sugieren que los niveles de tratamiento del TDAH con medicación son apropiados o que el TDAH está subtratado (Connor 2015). Según la Encuesta Nacional de Salud Infantil (NSCH) 2003-2011, de los 5,1 millones de niños con un diagnóstico actual de TDAH, el 69% (o 3,5 millones) estaban tomando medicación para el TDAH. Los datos del Suplemento para Adolescentes de la Encuesta Nacional de Comorbilidad, que incluyó a más de 10.000 adolescentes de 13 a 18 años, encontraron que solo el 20,4% de los que tenían TDAH recibían estimulantes (Merikangas et al. 2013). Los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición informan una tasa de prevalencia del 7,8% del TDAH entre los 3.042 participantes de 8 a 15 años, pero solo alrededor del 48% de ellos recibieron tratamiento en los últimos 12 meses (Merikangas et al. 2010).
Mito n.° 5: La mala crianza causa TDAH
Los estudios de investigación apuntan a factores genéticos (hereditarios) y neurológicos (como complicaciones en el embarazo y el parto, daño cerebral, toxinas e infecciones) como las principales causas del TDAH, en lugar de factores sociales, como la mala crianza. Los estudios de gemelos de niños con TDAH muestran que los entornos familiares de los niños contribuyen muy poco a sus diferencias individuales en los síntomas del TDAH (Barkley, 2015). Aunque las prácticas de crianza no causan el TDAH, pueden contribuir al empeoramiento de trastornos coexistentes como el trastorno negativista desafiante (ODD) o el trastorno de conducta (CD), y se ha descubierto que la disciplina parental inconsistente, así como la baja participación paterna, están asociadas con los síntomas del TDAH (Ellis et al. 2009).
Mito n.° 6: Los niños pertenecientes a minorías reciben un exceso de diagnósticos de TDAH y de medicación
Los resultados de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS) 2011-2013 muestran que no son los niños pertenecientes a minorías, sino los niños blancos no hispanos los que tuvieron las tasas más altas de diagnóstico según los informes de los padres. Las tasas de prevalencia para los niños blancos no hispanos son del 11,5%, en comparación con el 8,9% para los niños negros no hispanos y el 6,3% para los niños hispanos (Pastor et al. 2015). El análisis del Estudio Longitudinal de la Primera Infancia, Clase de Jardín de Infantes de 1998-1999 (n = 17.100) también había encontrado que los niños pertenecientes a minorías tenían menos probabilidades que los niños blancos de recibir un diagnóstico de TDAH (Morgan et al. 2013). Este mismo estudio encontró que los niños con TDAH tenían muchas menos probabilidades de usar medicamentos recetados para el trastorno si eran hispanos, afroamericanos o de otras razas/etnias.
Mito n.° 7: Las niñas tienen índices más bajos y un TDAH menos grave que los niños
El TDAH en niñas y mujeres ha sido reconocido recién en las últimas décadas, y más estudios de investigación informan sobre los impedimentos sustanciales que experimentan, a menudo en la misma medida que los niños. Están en riesgo de sufrir muchas de las mismas afecciones y impedimentos coexistentes que los hombres: trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta, impedimentos académicos y sociales, problemas de conducción, abuso de sustancias y conducta sexual riesgosa. Las adolescentes con TDAH pueden ser más propensas que los niños a los trastornos alimentarios, pero en la adultez temprana esta diferencia se reduce (Owens et al. 2015). Un estudio de seguimiento de 10 años de niñas de 6 a 12 años realizado por Hinshaw et al. (2012) encontró un mayor riesgo de intentos de suicidio y autolesión en la adultez entre las niñas. Los últimos datos de diagnóstico informados por los padres de niños de 4 a 17 años en la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS) 2011-2013 encontraron una tasa de diagnóstico del 13,3% para los niños y del 5,6% para las niñas. Otras muestras de comunidades grandes han encontrado una proporción de género similar de 2,3:1,0, pero en la edad adulta, los estudios han encontrado que la prevalencia es casi la misma entre los géneros (Owens et al. 2015).
Referencias
Barkley, Russell A. (2015). Historia del TDAH. En RA Barkley (Ed.), Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: Manual para el diagnóstico y el tratamiento, 4.ª ed . (págs. 356-390). Nueva York, NY: Guilford Press.
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Biederman, Joseph et al. (2012). Resultados en adultos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad: un estudio de seguimiento controlado de 16 años. Journal of Clinical Psychiatry 73(7):941–950.
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Hinshaw, Stephen P. et al. (2012). Seguimiento prospectivo de niñas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad hasta la edad adulta temprana: el deterioro continuo incluye un riesgo elevado de intentos de suicidio y autolesiones. Journal of Consulting and Clinical Psychology 80(6):1041–1051.
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Morgan, Paul L. et al. (2013). Disparidades raciales y étnicas en el diagnóstico de TDAH desde el jardín de infantes hasta el octavo grado. Pediatría 132(1):85–93.
Owens, Elizabeth et al. (2015). Progresión del desarrollo y diferencias de género entre individuos con TDAH. En RA Barkley (Ed.), Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: Manual para el diagnóstico y el tratamiento, 4.ª ed. (págs. 223-255). Nueva York, NY: Guilford Press.
Pastor, Patricia N. et al. (2015). Asociación entre el TDAH diagnosticado y características seleccionadas entre niños de 4 a 17 años: Estados Unidos, 2011-2013. NCHS Data Brief, n.º 201. Hyattsville, MD: Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
Roberts, Walter et al. (2015). Síntomas primarios, criterios diagnósticos, subtipos y prevalencia del TDAH. En RA Barkley (Ed.), Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: Manual para el diagnóstico y el tratamiento, 4.ª ed. (págs. 51-80). Nueva York, NY: Guilford Press.
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